14/9/18

En defensa de los relojes mecánicos


Hace unos pocos meses se armó un revuelo impresionante en un popular foro de internet, debido a un artículo publicado en Zona Casio donde hablábamos de la poca utilidad de un reloj mecánico frente a un reloj de cuarzo.

Creo que nadie pone en duda, a estas alturas, la lógica ventaja que un reloj electrónico tiene frente a uno mecánico. Y no hablamos solamente de precisión, lo cual es evidente, sino además en cuanto a funcionalidades y facilidad de adquisición (son, por lo general, más baratos que los mecánicos).




Pero es cierto que un mecánico tiene otras muchas ventajas que conviene no olvidar y, una de las principales bajo nuestro punto de vista, es que son más limpios. Más ecológicos, o más "amigables" con el planeta, como lo queráis llamar.

En general, los metales y materiales que se utilizan en los relojes mecánicos son pocos, y bien conocidos: acero, aluminio, rubíes artificiales... Cristal... Solo los modelos más elitistas incorporan piezas con metales preciosos o/y joyas, pero ese es otro cantar en el que no vamos a entrar, porque no nos referimos a esos relojes en este post, sino a los relojes más genéricos y comunes en el mundo de la relojería mecánica.


Y es que el daño que la microelectrónica está causando en el medio ambiente es ciertamente muy grave. Ya hemos tocado ese tema en otras ocasiones, pero nunca está de más insistir en ello para recordárnoslo a todos.

Ciertamente que existen tratados internacionales para que la basura electrónica se recoja y recicle con cierta seguridad (aunque lo mejor es reutilizar y reparar, y reciclar debería ser el último recurso), pero el país más contaminante en este sentido, los Estados Unidos, no lo han ratificado, por lo que se lo pueden saltar sin problemas. Europa sí lo ha ratificado, pero da lo mismo porque nadie vigila a dónde van esos desechos, y son arrojados a vertederos sin ningún control, a pesar de que, al comprar un producto electrónico, estamos pagando por una cantidad inmensa de servicios añadidos: su recogida, su reciclaje, y un canon extra -esto en España- para los cantantes y artistas, productoras y actores, por el "supuesto" uso que le vas a dar a su almacenamiento de memoria. Un reloj mecánico no tiene ninguno de estos inconvenientes que sí tiene un smartwatch.

Para ayudarnos a ver un poco la magnitud de este grave problema, hace pocas semanas, a finales de agosto, DW difundió un documental muy interesante al respecto, que os incluimos al final de este post para que tomemos más conciencia del daño que nuestra basura electrónica produce en otras regiones, y en personas, principalmente mujeres y niños, que tienen que convivir con esos peligrosos desechos.


Al menos, quien en en lugar de un reloj de cuarzo compre y use un reloj mecánico podrá tener la conciencia un poco más tranquila, aunque solo sea en parte porque los relojes son solo una mínima proporción del problema, siendo más peligrosos aún (por volumen, y también por componentes) los smartphones, videoconsolas y los ordenadores.

Dicho lo cual, y tal como en aquel post "nos llovieron críticas" a mansalva, esperemos que las mismas personas que lo divulgaron, hagan lo mismo con éste en donde defendemos a los relojes mecánicos. Por desgracia dudo que sea así, porque por lo general el ser humano solo se fija en lo malo de los demás para criticarlo, y desgraciadamente solo ve en los otros (o en publicaciones o trabajos, como en este caso) la parte más negativa. Tampoco queremos generalizar: por fortuna hubo gente que salió a la palestra dando la cara por nosotros, y diciendo que entre tan grandísimo número de artículos y reportajes publicados durante tantos años que llevamos online, era lógico que algunos gustasen más que otros, y que unos fuesen más acertados que otros. Gracias a ellos, por tanto, por su voto de confianza.


| Redacción: CadenaCuatro.com

1 comentario:

  1. No fui de los que criticó el anterior post, ni voy a criticar este, principalmente, porque estoy plenamente de acuerdo con lo que exponéis.

    Un reloj mecánico es reparable, es mantenible. No contiene residuos altamente tóxicos, ni necesita pilas o baterías que debamos cambiar o deshechar regularmente.

    En cuanto a la tasa de reciclaje, es una tomadura de pelo, y claramente la culpa es de las autoridades que hacen la vista gorda. Recaudan, pero no supervisan que se cumpla.

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