7/11/18

La ruleta gira


Hay publicaciones y blogs, como la de un servidor o la de Guti, que intentan -intentamos- concienciar y difundir un tipo de compras y consumismo más responsable, más honesto, más equilibrado y ético. Sin embargo, todo a nuestros alrededor, los grandes fabricantes, las grandes marcas, los grandes medios de comunicación y compañías de marketing, intentan que sus ventas se hagan mediante caras famosas, personajes que importa poco que sientan la marca, o que el producto sea medianamente bueno y duradero, o eficiente y útil. Por eso a veces considero -sin decir con esto que sea mejor tirar la toalla, claro- que nuestra guerra es en parte una guerra perdida. Y me explico.

Todo ese dinero e inversión en marketing tiene como objetivo, principalmente, el público joven. A lo sumo, un cliente que no supere en mucho los treinta años, y que como límite ronde los cuarenta. Ya cuando estudiaba nos decían que el público joven era el más interesante para las marcas de todo tipo (pero, principalmente, de productos de consumo habitual), porque eran los mayores consumidores, aunque no tuvieran el mayor poder adquisitivo. O dicho de otra forma: un joven cambia mucho más a menudo de ropa, de móvil, de reloj, de coche... Mientras que una persona mayor intenta buscar otras cosas, como la durabilidad, la "reparabilidad", la credibilidad de su marca fabricante.




Todo es un proceso, y si recordamos cuando nosotros éramos jóvenes, descubriremos que nos encantaban que tal famoso o estrella de la canción, al que nosotros teníamos casi como un ideal de vida, presentara nuestra bebida, o mejor dicho: consumíamos la bebida que él anunciaba. Así con todo lo demás. Por eso pienso que este proceso "de aprendizaje" o, en parte también, de experiencia, es un proceso por el que ellos van a tener que pasar, hasta que sean adultos y descubran que la juventud no dura para siempre, que su estrella de la canción o del deporte (la mayoría de las veces) deja mucho que desear y solo le interesaba el dinero (y una puñeta se preocupaba de sus fans), y que la vida ni mucho menos es un cuento de hadas (ni un camino de rosas). Se darán de bruces con el dolor persistente, con la lucha diaria, y con la realidad de que solo unos pocos pueden cumplir sus sueños, la mayoría del resto del mundo tienen que conformarse (y dar gracias por ello) con un trabajo en un estricto horario y cumplir su parte sin salirse del guión.

Cuando descubran todo eso, insisto, ya no interesarán para esos grandes "productores de marketing" y sus millonarias campañas, que pasarán a tener como objetivo sus hijos, o sus nietos. La cuestión es que la ruleta gira, y en este giro por más que gritemos al viento nosotros, es difícil que nos escuchen. Ciertamente nos pueden escuchar los de nuestra generación, o los más ancianos, que ya han pasado por ello y saben bien cómo es este percal.


Nuestro grito es, por tanto, un poco un grito al viento, porque como se suele decir, "nunca le ha servido a nadie la experiencia de otros", entendiendo lo difícil que es aprender en herida ajena. Por eso, me gusta mucho ese sabio refrán que rezaba: "un grano de buena experiencia a los 9 años, vale más que un curso de moral a los 20", y es precisamente a ello a donde dirigimos nuestros esfuerzos. No a que los jóvenes (y no tan jóvenes) no adquieran esa experiencia en carne propia sino que, aún siendo engañados, estafados o desilusionados, sepan por qué, y al menos vayan con ojos atentos hacia ello. Porque, para nosotros, como decía un famoso escritor francés del siglo XVII, "la experiencia tiene la misma utilidad que un billete de lotería después del sorteo". De manera que si hacemos esto no es por nosotros, que ya lo sabemos, sino por quienes nos leen.

No intentamos con nuestras opiniones o consejos sentar cátedra, puesto que hablamos siempre desde nuestras propias sensaciones, inclinaciones y aspiraciones, en pro de un mundo -incluso el de los negocios, tan sucio y deshonesto- más justo y mejor para todos. Porque bien sabemos que una espina de experiencia vale más que un bosque de advertencias, y que en estas cuestiones vitales no hay atajos: cada uno, dependiendo de sus circunstancias, lo tendrá que recorrer con sus fuerzas. Pero si encuentra apoyos, solo apoyos, durante su trayecto, hará bien en recurrir a ellos. Pero ni siquiera esos apoyos lo son todo, y a veces no son más que ramitas que apenas aguantan nuestro peso, de manera que mucho cuidado en fiarse totalmente de ellos porque puede que se quiebren al primer contratiempo.


La ruleta gira, y estos jóvenes de hoy, engañados por este fraudulento mundo de la imagen y la apariencia, serán los que adviertan a los jóvenes del mañana, y los que tomen -en parte- nuestro testigo, aunque no sé en qué medio, quizá en una internet del futuro. Sea como fuere, si nuestros abuelos nos decían hace años, mientras nos sentaban en su regazo, el engaño y argucias que utilizaban algunas firmas sin ética, y las muchas trampas que nos pondrían desde fuera, hoy, recluidos la mayoría en lugares de refugio y asilo para que no molesten, nosotros recogemos en parte ese testigo. Sabemos también que por mucho que insistamos, algunos tendrán que "pegarse el batacazo", no hay otra, y caerse más o menos duramente de su universo de ficticias ilusiones que unos y otros les crean (sobre todo, los medios de comunicación). Por ello, cuanto antes y más pronto les cuenten "las verdades del barquero", mucho más asimilable será el disgusto.

Y mañana, ellos ocuparán nuestro lugar.


| Redacción: CadenaCuatro.com

2 comentarios:

  1. Desgraciadamente estoy de acuerdo con lo que expones. Parece que además, igual que nos ocurrió a nosotros, sólo somos capaces de aprender con la experiencia. Ni hacíamos caso a lo que decían nuestros abuelos, ni el público de ahora hace caso a "nuestras voces al viento". Pero percibo que poco a poco las cosas van cambiando, a mejor, y aunque sea lentamente, al menos mejoran.

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  2. Todos los jóvenes tendrían que leer obligatoriamente el Eclesiastés.

    *Consejos para la juventud*

    Ecl 11:9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
    Ecl 11:10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.

    Amén

    *CARMINA BURANA O FORTUNA: https://www.youtube.com/watch?v=FL6f0esz0ws

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