30/1/23

El gobierno de Cantabria inicia el procedimiento para proteger la Torre del Reloj de Limpias

Difusiones Medias Unidas


La Torre del Reloj o del Otero es una edificación exenta, situada sobre un montículo elevado, que permite una espectacular vista sobre la ría del Asón, parte del municipio de Limpias y las poblaciones cercanas de La Agustina, Carasa, Colindres o Treto.

En origen, la colina en que se halla la torre estaba libre de vegetación, lo que permitía su visión desde todo el entorno de Limpias. Hoy día, sin embargo, el crecimiento de la vegetación (bosque de eucalipto y roble), impide la panorámica de 360º como tuvo tiempo atrás.

Su situación dominante sobre el territorio ha llevado a especular sobre la posible existencia en el lugar de algún tipo de edificación previa que sirvió de torre de vigilancia y comunicación. También se ha supuesto su uso como faro para guiar a los barcos que navegaban por la ría hasta el muelle del puerto del Rivero de Limpias para la carga y descarga de distintas mercancías, entre ellas el hierro procedente de las ferrerías, carbón de Soba y Carranza o productos de alimentación: castañas, maíz, trigo, etc, pero ninguno de estos usos ha quedado claramente constatado, como sí lo está la relevante significación de la Torre para los habitantes de la localidad.


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La construcción de la Torre que se ve hoy en día fue financiada por Manuel Eguilior y Llaguno (1842-1931), oriundo de Limpias, quien ocupó altos cargos en la Administración del Estado. Fue abogado, Gobernador del Banco de España y político vinculado al partido liberal de Sagasta. Como político fue diputado en las Cortes (1881-1898), senador vitalicio desde 1898 y Ministro de Hacienda (1890-1902) y de Instrucción Pública y Bellas Artes (1905). Recibió el título de Conde de Albox en 1905 debido a su participación en la reparación de los daños que las inundaciones provocaron en la localidad almeriense de Albox.

La figura del conde representa el ascenso de la burguesía de la Restauración y su bonanza económica repercutió favorablemente en su villa natal. Allí construyó su vivienda, el Palacio del Castañal, hoy Parador Nacional y la Escuela Nacional de Primera Enseñanza, construidas en 1912, hoy escuela infantil Conde de Albox. También sufragó la adquisición de un órgano para la iglesia parroquial de San Pedro, las obras para la traída de aguas, la canalización y alcantarillado para el saneamiento de viales y la ordenación de espacios públicos dedicados al esparcimiento y paseo. Otra de sus obras importantes fue la citada Torre. Según contaban en el municipio, el Conde fue la primera persona del lugar que tuvo reloj, por lo que los vecinos del pueblo le preguntaban constantemente la hora. El conde, cansado de que le preguntasen la hora con tanta frecuencia, ordenó levantar esta Torre en el alto del Cotero, consecuencia de lo cual, las campanadas que marcaban las horas podían oírse tanto en Limpias como en Ampuero, Carasa y Colindres y servían a los labradores y jornaleros para conocer el horario.

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La Torre se levantó a mediados del s. XIX, existiendo constancia documental en el año 1844, cuando la escasez de dinero para finalizar las obras hizo necesario buscar aportaciones económicas entre los vecinos. El reloj fue encargado a D. Francisco Solana y al tenerlo listo sin haberse terminado la obra de la torre se acordó "que se coloque en la torre de la iglesia para provarlo mientras se hace en la torre de lloreto la obra necesaria…". Debido a su ubicación, en un lugar elevado y expuesto a las inclemencias meteorológicas, la fábrica y el reloj quedaron en numerosas ocasiones arruinadas por el agua y las tormentas. Es por este hecho que hay documentadas reparaciones en los años 1862,1871 y 1898, tanto de la torre como del reloj "porque se creía una necesidad imperiosa para el vecindario".

Estos problemas van a continuar a lo largo del s. XX. En 1919 parece que la Torre estaba en ruinas y que un rayo había estropeado el sistema de reloj y campanas. Esta situación debió prolongarse pues quedaba documentado que "debido a los temporales y chispas eléctricas que habían caído sobre el reloj, quedando completamente destrozado, tanto la maquinaria como el edificio, la mayoría de los vecinos, que son jornaleros, se encontraban sin saber la hora". Con este motivo, en el año 1923 está documentado un proyecto de restauración firmado por el arquitecto Leoncio Solana para recuperar la construcción. En él se planteaba las escaleras y tillado de los pisos, así como la aplicación de lechadas de cal en los muros y una nueva cubierta de zinc.

La construcción que hoy se contempla tiene planta cuadrada, con muros de mampostería y sillares en esquinales y vanos. En total alcanza una altura de 12,20 metros, dividida en tres cuerpos, separados por una línea de imposta que van decreciendo en altura y sección. Cierra la construcción un último volumen de hormigón que configura una cubierta a cuatro aguas coronada por una estructura cónica de metal que alberga la campana y el pararrayos. El acceso se realiza por la fachada este, a través de una puerta adintelada que se inscribe en un arco de medio punto. Es posible que tuviese un tejadillo o una estructura a modo de pórtico cubriendo la entrada. De este quedarían los restos del muro sobre el que iría apoyado. Asimismo, se conserva lo que parecen restos de una cimentación, una estructura cuadrada de aproximadamente 5 x 5 de la cual se desconoce su función. Estos restos presentan un tratamiento diferente de la piedra a la hora de armar el muro y muestra distinta pátina, lo que hace pensar en que pudiera ser anterior. El interior es diáfano existiendo, únicamente, una escalera por la que se accede a los pisos superiores donde se localiza el mecanismo de los relojes, uno situado en la fachada este y el otro en la fachada oeste. Ambos hoy en día continúan en funcionamiento, cumpliendo así su cometido original.

La Torre del Reloj ostenta un papel relevante en la identidad cultural del municipio de Limpias, definiendo por sí misma un aspecto destacado de esta que lo convierte en el principal interés de la misma.

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Estado de Conservación de la Torre del Reloj:
Actualmente la Torre se conserva en buen estado en lo que respecta a su cara externa.

Los muros presentan suciedad y daños producidos por escorrentías provocadas por el agua y por humedades, tanto por capilaridad como por filtración, lo que, unido a otros factores ambientales, debido a la exposición que sufre por su ubicación elevada, han supuesto el desarrollo de diversas pátinas biológicas, algas, líquenes, musgo y plantas superiores, etc. que contribuyen a mantener la presencia de humedades a la vez que favorece otros procesos de degradación que atacan y alteran la superficie del material.

Actuaciones relativamente recientes han llevado al relleno de las juntas con cemento, probablemente debido a que sufría la pérdida del mortero de las juntas, causada por la erosión y la exposición a la intemperie. Estas actuaciones pueden suponer, a largo plazo, una degradación para la piedra debido a que el cemento propicia una mayor retención de humedad y favorece la trasmisión a la misma de sales solubles e insolubles.

En la parcela en que se localiza la Torre crecen distintas especies arbóreas, algunas de gran entidad, que han provocado que la torre haya ido perdiendo la conexión visual con parte de su entorno e impiden que sea visible desde los alrededores de la misma, idea con la que fue concebida, por lo que deberán evitarse nuevas plantaciones y/o la sustitución de las existentes, que dificulten su visibilidad.

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2 comentarios:

  1. Buena iniciativa, deberían de tomar nota en los municipios de España.

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  2. Así es, son cosas que apenas se recuerdan ya y que merecen la pena conservar

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