Artemides Zatti fue un enfermero infatigable y una persona con una bondad inigualable:
De él se cuentan varias anécdotas con los relojes. Aquí algunas:
En la sala de operaciones tenía dos relojes. Los dos, naturalmente, prehistóricos. Por lo tanto uno marcaba una hora y el otro, otra. Uno de los médicos se lo hizo notar. Entonces él respondio:
- ¿Y Ud. cree que si ambos marcaran la misma hora, yo iba a tener dos relojes?
***
Es propio del hombre eguilibrado el ser puntual. Y Zatti lo fue en grado tal que asombra como se puede serlo cuando se tiene en cuenta el sin nùmero de ocupaciones diversas a que debía atender. ¿Cómo hacia Zatti para llegar siempre a tiempo? Misterio de su vida tranquila, serena, imperturbable. Faltaban 10 minutos para las 12. Él estaba en el pueblo poniendo inyecciones. Miraba su reloj, grande y anticuado, y decía a la gente:
- Bueno, hoy a las 18 vuelvo...
Y montando en su bicicleta, partía velozmente.
A las 12 ya estaba tocando la campana para almorzar...
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