23/11/18

Peliculeros


Hace ya bastantes años, conocí a un famoso millonario que había hecho su fortuna aún siendo bastante joven. Por aquel entonces se movía "en las sombras", invirtiendo en proyectos en los que se conoce como fondos de inversión, aunque debido a su poderío él lo hacía más por entretenimiento.

Nos conocíamos bastante bien, pero como todo este tipo de amistades, al final nos acabamos distanciando. Él quería codearse con los "VIP's" y gente "de influencia", y además, estaba todo el rato "espantando" supuestos "amigos" que se le pegaban. Obviamente por puro interés. Así que decidí distanciarme un poco de todo aquello.




Tiempo después me encontré con una pequeña autobiografía, en donde él explicaba su historia, de dónde había surgido y cómo había logrado cosechar su fortuna. Según contaba, sus raíces eran tan duras que se encontró viviendo en la miseria, prácticamente en la calle, sin tener ni casa propia. Lo leía, y en lugar de estar leyendo la historia de la persona que había conocido me parecía estar ante un guión de una película estadounidense. Me quedé absolutamente en shock ante lo que él contaba, y lo que era la realidad. Por supuesto, tenía un fondo de verdad, pero con tanto adorno "mitificándolo" todo que costaba diferenciar qué era real y qué era falso.

Solo os contaré un detalle: el grueso de su fortuna lo había hecho en internet. En unos tiempos en los que los smartphones ni existían ni siquiera se imaginaban, donde no solo las conexiones de datos, sino casi cualquier tipo de conexión era una quimera (la mayoría nos conectábamos en "los cibers"), es difícil imaginarse cómo alguien que no tiene para subsistir podría haber adquirido fortuna en servicios de internet sin tener internet. En aquellos años lo máximo que había era RDSI, y eso para compañías bastante poderosas, la mayoría de pequeñas y medianas empresas aún no disponían de ese tipo de servicios.

Pero esto no es inusual, de hecho es lo más habitual. Todas las historias (Mark Zuckerberg con Facebook, Steve Jobs con Apple, Larry Page y Sergey Brin con Google...) de este tipo se mitifican y, a propósito o no, sus mismos protagonistas tienden a exagerarlas.

Probablemente todos habréis leído la historia de Google y su gestación en un garaje, pero pocos os dirán que una casa con garaje en Estados Unidos significa que no eres pobre precisamente, o que el entorno de sus dos fundadores no estaban "muertos de hambre", sino que tenían la suficiente holgura económica como para prestar no pocas cantidades de dinero a sus dos emprendedores.

Pero esa historia, la de Google, que termina tantas veces en fracaso (en España probablemente les habría llevado a la ruina y hoy se les señalaría con el dedo llamándoles "fracasados", y Larry Page y Sergey Brin estarían en la fila del paro con toda probabilidad), habría terminado como el rosario de la aurora si un mecenas, con mucho fondo económico y que conocía la historia muy bien, no hubiera desembolsado un buen fajo de billetes.

Tampoco cuentan muchos cuando hablan de Bill Gates y lo que hizo mediante argucias que rayan el fraude (y por supuesto sin ninguna ética), y tantos otros "iluminados" que escriben sus memorias en los cuentos "de la calleja" para vanagloria de sí mismos y jolgorio de sus múltiples fans que, en lugar de querer digerir la verdad, prefieren seguir adorando un mito inexistente.

| Redacción: CadenaCuatro.com