Un buen invento que se quedó, por desgracia, en nada. Y había prototipos que no pudieron ni ver la luz ni pasar de la mesa de diseño. Uno de ellos permitía llevar la cámara colgada al cuello, y otro anclarla en diversas superficies.
El primer -y único que llegó a comercializarse- modelo de esta gama soportaba caídas de hasta 4 metros, era resistente al agua 50 metros, y aguantaba temperaturas de hasta -10ºC. Además, disponía de protección IP6X contra barro y polvo.
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