7/1/23

¿Cómo te venía un G-Shock en 1990?

Pongámonos en situación. Te lo acabas de comprar. Has reunido durante mucho tiempo el dinero, pero por fin has podido ahorrar lo suficiente como para conseguir, tras no poco esfuerzo y sacrificio (sí, has dejado de ir muchos fines de semana al cine por él) ese reloj soñado, esa "cosa negra" como muchos te dicen, que has visto día tras día al pasar frente al escaparate de la relojería. Pero por fin es tuyo.

Lo llevas con una ilusión contenida en la bolsita que te dieron en la tienda. El camino hacia tu casa lo recorres como en una nube, sabes que vas acompañado de algo muy especial.

Por fin, ha llegado el momento soñado. Por fin, aquí lo tienes. Ya es tuyo.

La caja exterior:

El estuche para guardarlo (antes era de plástico):

El manual:

La etiqueta:


Y, por fin, el auténtico protagonista:


Un conjunto para soñar, y ya tenías reloj para todo lo que viniera.



1 comentario:

  1. Jose Carlos8.1.23

    Es verdad, qué diferentes éramos los jóvenes de antes de los de ahora. Recuerdo que un amigo mío que no era precisamente pobre, su padre era catedrático de la Universidad, estuvo las vacaciones de verano trabajando en la obra para poder comprarse un g-shock. Casi todos mis amigos hacíamos algo para buscarnos la vida ( aparte de estudiar, que ahora le llaman trabajo para justificarse, pero trabajar es trabajar) y ahorrar dinerillo para nuestros caprichos , uno iba con su padre a la tienda, yo a la obra, otro al campo... Por lo menos valorabas más las cosas y te sentías útil.

    ResponderEliminar