Bueno, no tanto, pero esa sensación te dará, la de llevar un reloj mecánico o automático aunque sea, en realidad, un cuarzo. Esto es lo que destaca en estos MTP-B130 que Casio debe esperar vender "a patadas" porque ha lanzado de inicio y de ellos un montonazo: MTP-B130M-3AV (esfera verde plateada, muy "sesentera"); MTP-B130M-2AV (esfera azul); MTP-B130L-7AV (esfera blanca); MTP-B130L-1AV (esfera negra) MTP-B130MG-1AV (en dorado); MTP-B130M-4AV (en borgoña, yo me quedo con éste), y el resto son variantes según lleven milanesa -que les queda como anillo al dedo, dicho sea de paso-, armis o correa de piel.
Todos ellos tienen un movimiento de tipo "open heart" pero claro, el "open" es sólo la abertura central. Casio ha estado muy cuidadoso (y pícaro, dicho en el buen sentido de la palabra) porque no ha "abierto" el fondo donde se vieran partes eléctricas, sino donde se mostrasen partes mecánicas y, así, parece ser un reloj mecánico al uso, aunque no tengamos más que un archiconocido calibre Miyota detrás.
El reloj solo ofrece eso, hora, pero lo han bordado en la estética y en los acabados. Además, le han añadido un aire minimalista (carece hasta de subíndices minuteros, y el segundero en pequeño tan sólo posee en su propia esfera los índices principales) que refuerza más aún esa imagen de reloj clásico y elegante, como se suele decir, un reloj "de vestir" en toda regla.
Esta "imitación" a reloj automático/mecánico habrá a quién le guste y a quien le parezca una aberración, pero al menos no nos podemos quejar de que Casio no haya tenido una buena ocurrencia con ellos. El público será quien decida si finalmente han acertado, o si por el contrario prefieren un mecánico de engranajes que no tenga que fingir lo que no es.
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